NUESTRA HISTORIA

Años de excelencia
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Alfredo Di Lelio, cuando era solo un niño, tenía un gran deseo de trabajar y una gran pasión por el arte culinario, lo que le llevó al éxito y la fama mundial, comenzando con un pequeño restaurante familiar en la Piazza Rosa, junto a la actual galería Colonna.

NUESTRA HISTORIA

Años de excelencia
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Alfredo Di Lelio, cuando era solo un niño, tenía un gran deseo de trabajar y una gran pasión por el arte culinario, lo que le llevó al éxito y la fama mundial, comenzando con un pequeño restaurante familiar en la Piazza Rosa, junto a la actual galería Colonna.

Alfredo I

Todo comenzó cuando su esposa Inés dio a luz a su primogénito.

La mujer estaba muy débil tras dar a luz al pequeño Alfredo II y su marido, preocupado por su salud, hizo todo lo posible para que recuperara las fuerzas con alimentos sanos y nutritivos.
Fue entonces cuando surgió la idea del plato que más tarde se haría famoso en todo el mundo. Con sus propias manos, le preparó unas fettuccine amasadas con sémola y aderezadas con mantequilla y parmesano frescos. A continuación, rezó a Santa Ana (patrona de las parturientas) y le sirvió este plato a Inés diciéndole: «¡Si no te gusta, me lo como yo!».

 

No solo se las comió con gusto, sino que incluso le sugirió que las añadiera al menú de su pequeño restaurante.

En el destino de Alfredo, estos dos «nacimientos simultáneos», su hijo y las «rubios», como él solía llamar cariñosamente a sus fettuccine, son desde entonces el punto fuerte de su fama mundial.
Su incansable trabajo, unido a un gran entusiasmo, lograron atraer a clientes de todas partes del mundo.

EN 1908

NASCONO LE FETTUCCINE

En la Piazza Rosa (la actual Galleria Colonna)

EN 1908

NASCONO LE FETTUCCINE

En la Piazza Rosa (la actual Galleria Colonna)

Los cubiertos de oro

Regalo a Alfredo Di Lelio de Douglas Fairbanks y Mary Pickford.

Otro hito decisivo en su trayectoria de éxito y satisfacción fue el encuentro con Douglas Fairbanks y Mary Pickford, los dos famosos actores estadounidenses del cine mudo, quienes, tras degustar sus suculentos y originales platos durante su luna de miel en Roma, en su local de Via della Scrofa, inaugurado en 1914, le obsequiaron con dos cubiertos de oro, en homenaje a su simpática y cálida acogida.
Se trata de un tenedor y una cuchara de oro macizo con una dedicatoria grabada: «To Alfredo the King of the noodles» (A Alfredo, el rey de los fideos), leída por todos los personajes ilustres que tuvieron el honor de degustar las majestuosas fettuccine con estos cubiertos dignos de un «rey del gusto en la mesa».

 

Los cubiertos de oro

Regalo a Alfredo Di Lelio de Douglas Fairbanks y Mary Pickford.

Otro hito decisivo en su trayectoria de éxito y satisfacción fue el encuentro con Douglas Fairbanks y Mary Pickford, los dos famosos actores estadounidenses del cine mudo, quienes, tras degustar sus suculentos y originales platos durante su luna de miel en Roma, en su local de Via della Scrofa, inaugurado en 1914, le obsequiaron con dos cubiertos de oro, en homenaje a su simpática y cálida acogida.
Se trata de un tenedor y una cuchara de oro macizo con una dedicatoria grabada: «To Alfredo the King of the noodles» (A Alfredo, el rey de los fideos), leída por todos los personajes ilustres que tuvieron el honor de degustar las majestuosas fettuccine con estos cubiertos dignos de un «rey del gusto en la mesa».

 

Alfredo II

Pasaron los años y llegó la guerra, que supuso un punto de inflexión en la vida de Alfredo.

Alfredo I decidió retirarse del escenario dejando el puesto a su digno heredero, Armando, como Alfredo II, en el local de Via della Scrofa. Gracias a la experiencia adquirida con el tiempo junto a su padre y a su indudable carisma, este recibía siempre a sus clientes con una espléndida sonrisa que se abría bajo su bigote «al estilo Umberto», el mismo que más tarde se convertiría en el símbolo de «Alfredo».

 

Alfredo III

El restaurante en la plaza Augusto Imperatore, 30

En 1950, Alfredo I decidió retomar las riendas e inauguró un nuevo restaurante en la Piazza Augusto Imperatore, 30, donde actualmente continúa la tradición familiar, primero con su hijo Armando, que dejó el local de la Via della Scrofa, y posteriormente con su hijo Alfredo III junto con su hermana Inés Di Lelio.
De padres a hijos, de hijos a nietos, así fue como la familia Alfredo se convirtió en una auténtica dinastía.
Alfredo III, heredero del talento de su abuelo y su padre, tiene el mérito de haber continuado dignamente el camino trazado por sus predecesores, llevando el nombre de este histórico restaurante por todo el mundo.

 

Ines Di Lelio &
Chiara Cuomo

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